lunes, 18 de agosto de 2014

Voces en el patio

A la una y cuarto de la madrugada,
La temperatura puede rondar,
Aproximadamente,
Los 23 o los 25 grados de temperatura.

El problema es la falta de viento.

Ni una pequeña brisa que nos permita dormir tranquilos.

Y debido a este bochorno,
Las ventanas permanecen abiertas
De par en par
Esperando el milagro.

Y se oyen todo tipo
De conversaciones

Eso me permite conocer algo más
A mis desconocidos vecinos.

Los mismos que sólo te saludan en el portal.

Fuera, una extraña niebla se apodera de sus recuerdos y,
Narcotizados,
Se les olvida que convives con ellos.

Una lástima.

Especialmente, por la guapa enfermera de arriba del todo
Y ese aroma a sueños silvestres
Que baja y se cuela en tu casa.

Para arroparte.

No por el resto.

No me interesan.

Salvo mi vecino de enfrente.

Un rudo exmilitar,
Divorciado,
Que mantiene largas conversaciones,
Consigo mismo.

Y que todos oimos.

Mi mujer piensa
que se está volviendo loco.

¡Loco!

¡Loco!

Y la única diferencia entre él y yo,
Creo,
Estriba en la necesidad
Que yo tengo
De ponerlo por escrito.

Y así, no acabar llamando al timbre
A estas horas
Para pedirme que entre y le ayude.

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