Elevar, como en su día lo hicieron,
Los ahora inmortales,
La poesía.
Llegar con ella
Hasta ese mundo de las ideas,
Dónde, según el propio Platón,
No hay confusión posible.
Pero no puedo.
No puedo.
Mis versos no entienden de metafísica.
Mis versos miran directamente hacia el suelo.
A pie de calle,
No a lo más alto.
A pie de calle,
No a lo más alto.
No sé lo que sucede allá arriba.
Sólo que, de cuando en cuando,
Los cielos tiemblan
Y cae alguna estrella.
Los cielos tiemblan
Y cae alguna estrella.
Y algo parecido a la inmortalidad
Y algo parecido a tus lágrimas
Explota y riega el planeta
Enfangando los caminos
Y oscureciéndolo todo.
Y algo parecido a tus lágrimas
Explota y riega el planeta
Enfangando los caminos
Y oscureciéndolo todo.
Y ahí estoy yo,
Temblando por el frío
Que deja esa ausencia.
Temblando por el frío
Que deja esa ausencia.
Preguntándole a la nada:
¿Cómo es posible que los dioses
Lo permitan?
Lo permitan?
Y no obtengo respuesta.
Por más que rezo,
Por más que suplico,
Por más que imploro.
Por más que suplico,
Por más que imploro.
No obtengo respuesta.
Será el silencio,
Este silencio que parte el alma en dos,
La única compañía que me quede.
Este silencio que parte el alma en dos,
La única compañía que me quede.
Y entonces, las preguntas
Se hacen más profundas
Y hieren y escuecen
Más que nunca.
Se hacen más profundas
Y hieren y escuecen
Más que nunca.
¿Dónde está el remedio?
¿Dónde el amor
Con el que se supone que nos crearon?
Con el que se supone que nos crearon?
¿Es éste el precio de la libertad?
¿Es ésto lo que realmente vale la vida?
Entonces, me olvido de la belleza,
De la bondad,
De la música.
De la bondad,
De la música.
Incluso de la creación de una Era,
Que, como profetizó Tiresias,
El espíritu errante, el ciego, el sabio,
Se evaporaría con el rocío.
Que, como profetizó Tiresias,
El espíritu errante, el ciego, el sabio,
Se evaporaría con el rocío.
Moriría con los primeros rayos de sol
Como así ha sido.
Como así ha sido.
Y es que así son los sueños.
Imperecederos,
Los menos.
Los menos.
Luces,
Ideas que, por descabelladas,
Se abandonan,
Los más.
Ideas que, por descabelladas,
Se abandonan,
Los más.
¿Dónde está el sentido?
¿Quién o qué nos frena?
¿Podremos alguna vez ser felices
En el aquí y en el ahora?
En el aquí y en el ahora?
Demasiadas incógnitas
Para resolver sin el alcohol necesario
A falta de tus caderas.
Metafísica, ya lo he dicho,
La justa.
No quiero ir más allá
De tus labios al venir a los míos.
Más allá,
De la última botella.
Más allá de esta lluvia.
El acantilado puede esperar,
La tristeza desaparecer,
Morir la muerte.
Morir la muerte.
Que se agiten, rebeldes,
Los cielos.
Y de ese mundo real y mágico
Que venga una segunda,
Una tercera,
Cientos de oportunidades.
¿No las tenemos todos?
¿Acaso no las merecemos?
Vuelve a leer las líneas de tus manos
Y dime si es o no cierto.
Vuelve a mirarte en el espejo
Y dime si eres o no,
Un sueño imaginado
Cientos de años antes de que nacieras
Cientos de años antes de que nacieras
Aquí,
Conmigo.
Al borde del precipicio.
(Y ahora dime
Si esto, esto,
Somos tú y yo
O es tan solo un poema).