Si todos amáramos la poesía,
No habría necesidad de homenajes.
Porque incluso mirarse en el espejo
Sería el acto
Más maravilloso de este mundo.
Tendríamos nuestras vidas
Tatuadas en versos inmortales
Para poder leernos salvajemente.
Como los perros se olisquean,
Previamente,
Antes de follar
Los unos con los otros.
Y seríamos más promiscuos
y libres que nunca.
Entonces,
Esta civilización fibromiálgica,
Esta Sociedad de Lamentaciones,
Se iría, por fin,
A tomar por culo.
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