miércoles, 28 de noviembre de 2012

No tiempo



Las horas y los minutos se han derretido. Ha ocurrido realmente. Los segundos ya no existen. De hecho, nunca los he echado de menos. El tiempo se ha convertido en un cuadro surrealista. El presente se dibuja a lápiz y el futuro no deja de ser una idea. Un monstruo que me persiga y me devore si yo quiero o tal vez, el mejor de los amaneceres.

El pasado hace que aparezcan y desaparezcan imágenes del lienzo. Según me encuentre. Fauces en las que quedé atrapado o sonrisas, buenos momentos que me han ido curando.

¿Quién soy? La mano que escribe, el corazón que late y la imaginación, que viene.

¿Quién fui? Una primera estrofa que luego taché, un suspiro de melancolía y la imaginación, que estuvo.

¿Quién seré? La siguiente estrofa, sin duda. La sonrisa que verás y la imaginación, que seguirá estando.

Apenas importa.

He recorrido miles de kilómetros en apenas unos sueños. Los que leí y aprendí. Los que vivo cuando hablo contigo. Los que llegan cuando nos besamos.

Es nuestra película.

Por eso, sé que en mi vida quedarán escenas imborrables. Diálogos y poses que llenarán mi futuro del pasado más esplendoroso. Que darán a mis ojos un brillo especial. Y yo a cambio, te cogeré de la mano. Escucha. Déjate llevar. Y juntos nos abandonaremos a la música, a las músicas que hacen de los malos, grandes momentos, que son capaces de darte un abrazo cuando nadie más lo hace.

Así lo he vivido.

Estamos hechos del mismo material que los sueños, 

dijo William Shakespeare. 

Lo iremos descubriendo día a día, 
página a página,
fotograma a fotograma, 
melodía tras melodía.

Conquistaremos el mundo 

en apenas cincuenta metros cuadrados. 

Diremos adiós a la tristeza y al miedo. 

Los olvidaremos.

¿Quien soy? 


La mano que escribe, 
el corazón que late 
y tu imaginación y la mía, 
que vienen.

El lienzo vuelve a cambiar.


Ahora desaparecen las sombras, 
los claroscuros. 

El tiempo sigue no existiendo. 
Está todo por descubrir. 

¿Ves? 

Seguimos siendo del mismo material que los sueños.

Ahora vamos a cerrar los ojos.

Ya vienen, ya vienen.

martes, 27 de noviembre de 2012

Camino del verso

Atrás quedaron los susurros de sirenas. Atrás quedó la maldad de unos dioses caprichosos. Atrás quedó el mar, atrapado en una botella.

Sí. Soy Ulises. El eterno naúfrago.

Desafié a monstruos y tempestades, los que me vinieron con las dudas. Los que me atacaron con la tristeza.

- ¡No vuelvas! ¡Ya no tienes a nadie!, me convenció mi hechicera. La soledad disfrazada de maga, de bruja, de arpía, de puta.

Y me perdí. Sí. Me perdí entre sus brazos. He besado palabras amargas...

Ésa, ha sido mi guerra.

Un día despertaron mis recuerdos: los buenos momentos que he vivido, los abrazos que recibí, las sonrisas que alguna vez me dieron.

Ésa, ha sido mi fuerza.

Ahora,
estoy dispuesto a morir con el corazón en la mano.

A defender mi única patria:
Tú, donde quiera que andes.
Tú, donde quiera que vayas.

Si ha de ser en tierra firme,
que así sea.

He vuelto a Ítaca,
Penélope.

Poco importa
que vivamos en chozas
o en palacios.

Aquí me quedo.

Reconstruiremos nuestro mundo
palabra por palabra.

Iremos paso a paso, 

Iremos verso a verso.