lunes, 25 de noviembre de 2013

Por Real Decreto

Ya dejaron de impartir justicia.

Con los enfermos,
privatizando su dolor.

Con los impedidos.
condenados a no levantarse.

Con los desahuaciados,
ensordeciendo sus corazones.

Con los obreros,
añadiendo sangre y lágrimas
al sudor de su frente.

Nos roban el pan
mientras estamos en el circo
aplaudiendo a ladrones y prostitutas.

Animándonos para que seamos como ellos.

Aquel que tenga estudios, 
ahí tiene la puerta,
nos señala Colón desde Madrid a Barcelona.

Pronto, nos prohibirán la alegría,

Y no quedará rima que sostenga estos versos.

martes, 1 de octubre de 2013

dios con "d" minúscula

¿Y si Dios no fuera ese Dios con mayúsculas del que se habla tanto?

¿Y si Dios fuera un dios en pequeñito?

Con la "d " minúscula por ser hijo de un estafador,
de un padre yonqui de males ajenos,
de un polvo entre dos desconocidos
o, incluso, de un policía antidisturbios.

¿Y si Dios fuera ese dios?

Con la "d" minúscula de alguien que se puso a pensar
que sería mejor hacer el amor y no la guerra,
que bastante hemos tenido ya...

Simplemente, por pura lógica.

¿Y si Dios fuera ese dios?

Un ser humano
capaz de resucitar la confianza al tercer día.

Con la esperanza como única cruz,
con una esperanza a prueba de espinas.

¿Y si Dios fuera ese dios?

Que lo apuesta todo por el prójimo
y aunque pierda, no pierde la fe
y quiere seguir jugando.

Un ludópata de todos nosotros.

(¡Hay que echarle huevos!)

¿Y si Dios fuera ese dios?

Un dios a escala 1: 50.

Minúsculo.

Un dios de bolsillo.
Para pintarle el cuerpo y el alma de todos los colores,
sin distinguir homo de heterosexuales,
porque de corazón a corazón,
somos todos iguales.

¿Y si Dios fuera ese dios?

Un dios que se esconda tras la sonrisa cómplice,
tras la paciencia del que se supo perdedor en su día,
tras los que busquen, a pesar de todo,
la bondad hasta en los contenedores.

¿En qué pensaría?

En encontrar el cielo en los pequeños detalles.

Eso, seguro.

Pero, ¿qué clase de Dios sería?

A uno que no le importara que le llamaran tonto,
porque tonterías, las justas,
ser bueno es algo que los demás no entienden.

¿Y si Dios no fuera Dios, sino Diosa?

¿Y si fueras tú,que con una palabra tuya,
una caricia,
basten para sanarme?

martes, 24 de septiembre de 2013

Humanidad rupestre

Somos solamente líneas.

Bocetos perfilados en la mente de los que nos rodean.

Inconclusos.

Nos dibujan con óxido en las recónditas paredes de su mente.

En la oscuridad de sus pensamientos.

Y nos convierten en monigotes, a su imagen y semejanza.

El frío les rodea, a fin de cuentas.

Un vida de hielo que convierte en glaciación todo lo que piensan, todo lo que sienten, todo lo que tocan.

Sin salir de sus cavernas.

No pueden ver más allá de los anuncios. De lo que se supone una vida como Dios manda.

Y opinan, critican y desprecian (en el fondo, tienen miedo a la libertad) si no sufres como ellos.

Los mismos,que en su día, también fueron ángeles.

Hombres y mujeres que cayeron en la misma trampa de soberbia y oro contrachapado.

Del mármol que crees que eres a la carcoma que serás.

Muerto, una semana y olvidado.

Así está escrito en las puertas del monte Olimpo, en las tablas del Sinaí.

Eso fue lo que gritaron en Pompeya los hijos que se salvaron.

Homero se arrancó los ojos por ello.

Y únicamente le quedaron fuerzas para buscar la inmortalidad en la astucia de un loco.

El único que desafió a los dioses para que le dejaran en paz.

El único que sintió la magia.

El poder de la piel y los huesos más allá de las aristas rocosas.

El sonido de un corazón palpipante, con la imaginación fluyendo por sus venas

Con la fuerza suficiente para ir más allá del mundo cognoscible

Y poder convertirnos en héroes por iniciativa propia.

Y que nadie piense y se arrepienta de lo contrario.

Sí. Lo somos.

Somos la misma Naturaleza.

Tenemos el poder de crear un mundo magnífico.

Coger arcilla, eliminar prejuicios.

Formar la figura que queramos sin importar el que dirán,

Ir un paso más allá de lo convencional,

Evolucionar regalando felicidad a cada momento,

Ser el universo por un segundo.


Nunca más será necesario hacerlo en siete días

Ni dejar que nos pinten desde niños nuestro destino,

mejor dicho, lo que no pudieron hacer

Esperando que cumplamos el suyo.

martes, 30 de julio de 2013

Cosas que no se pueden dejar atrás


No podemos dejar que el sol se escape. 

Que salte la valla e ilumine siempre a los mismos. No. No podemos.

No podemos olvidarnos de los días nublados. Cuando los atrapábamos entre el café y la cajetilla de veinte sueños. De encender el mechero y apagar el gris y el frío en las miradas. 

No. No queremos. 

No queremos olvidarnos de sonreir porque sí. Porque nadie nos puede arrebatar los buenos momentos, los guiños a pie de página. 

La ilusión como único imperativo categórico,

Cantar bajo la lluvia exponiéndolo a los cuatro vientos. 

Antes de que cante el gallo negaremos la tristeza cuantas veces hagan falta. 

Nos miraremos al espejo y podremos con todo. 

Ya lo hemos hecho antes.

Sólo hay que dejarse guiar por las estrellas,

Las mismas que nos aguardan.

Las que nos dicen que sí, 

Que ya no habrá que salir corriendo

Ni abrazos que mueran solos.

martes, 9 de julio de 2013

Érase una vez la democracia

Cuando la democracia llegó a nuestros televisores,
todo eran parabienes,
trajes caros y palmaditas en la espalda.

Lo habían conseguido.
Los poderosos.

Cambiaron el producto al estilo
de unos grandes almacenes. Con buenas palabras.
Con la sonrisa más enigmática que imaginara Da Vinci. 

Cuando la democracia llegó a nuestros televisores,
había, apenas, dos canales.
En blanco y negro.

Y, sorprendentemente,
el mundo que aparecía
era de un colorido nunca visto hasta entonces.

Contábamos y cantábamos todos.

Nos contagiamos de ideas y de ilusiones originales.
De deberes y derechos.
De la defensa de los que nunca pudieron defenderse.
Con artículos que nos representaran a todos.

Cuando la democracia cambió nuestros televisores,
hubo debates intensísimos.

Sobre lo bueno, lo malo,
lo divino y lo humano.
Del amor, probablemente,
en los tiempos del cólera.

De subir hasta el Paraíso escalando los Pirineos.

Cuando la democracia trajo consigo más canales,
todo seguían siendo felicitaciones.

La pluralidad,
Europa y Manolo tocando el bombo.

¡Podemos!

Una sociedad más justa y más igualitaria.
Con educación para todos.

Y se consiguió el mayor índice
de alfabetización de nuestra Historia.

Cuando la democracia ha tenido que ir suprimiendo canales,
por culpa de ladrones y proyectos faraónicos,
todo ha seguido siendo como hasta entonces.

He ahí el problema, amigo Sancho.

Que la han desnudado.
A lo que llamaron democracia,
naturalmente.

Los poderosos.
Los mismos de hace casi 40 años,
que se dice pronto.

Cuando han suprimido derechos sociales,
reprimido los debates intensísimos,
negado la educación y la sanidad para todos,
¿qué ha quedado?

Lo de siempre.
Los de siempre.

 Esos mismos trajes caros
y esas mismas palmaditas en la espalda.

Una democracia de chalet con piscina para unos cuantos
Que se guardan la justicia en la cartera.

Prevaricando,
indultando,
contratando
Y de paso,
safari en África.

Y si tengo que perdonar a quienes defraudan,
¡padre, perdónales, porque no saben lo que hacen!

Y todos a seguir trapicheando.

No hay nada como una mayoría absoluta para limpiarse el culo.
Garantía desde 1978.
Buen papel.
De primera.

¿Y el resto?

Negro sobre blanco.
Con wifi y en 2.0.

Eso sí.

Con 4G y su puta madre
ganando el mundial de la hipocresía
mientras nos quitan,
como a niños tontos,
las migas de pan,
nuestro pan,
del camino.

¿Qué se canta ahora?

¡¡¡Goooooollll!!!

Y quién diga otra cosa, toma ostia.

Con la misma garantía que brindan unos grandes almacenes.

Elemental, querido Watson. 

Todo ha sido un sueño.
Cierra ya las maletas y vámonos.
Que este cuento,
colorín colorado.