domingo, 3 de agosto de 2014

Aprieta el gatillo

Elige. Elige tu vida.  Elige ser ese chico joven y musculado. Aquel que sale en la televisión, burlándose de todo y de todos. Aquel al que las adolescentes se tirarían. Elige. Elige como pasan los años. Conviértete en un cuarentón que se arrastra de programa en programa, opinando sobre lo mismo que hace veinte años y ya no haces ni puta gracia.

¿Qué pasa?

¿De príncipe has pasado a rana?

Ahora elige. Vuelve a elegir tu vida. Asciende, vamos.

Elige ser el Director de tu trabajo. Elige estar en lo más alto. Elige lo bien que sienta tener una casa más grande, cochazo y piscina.

Elige un sueldazo.

Elige como pasan los años. Elige la gracia que te hacen tus empleados. Siempre pidiendo favores, siempre molestando. Elige un puñetazo en la mesa. Elige los gritos y las humillaciones delante de todos. Que sepan quién manda aquí. Elige el miedo y el dolor con ellos. ¿Y a ti que te importan? Elige como se apartan a tu paso. Cómo te miran.

Fíjate. Fíjate bien porque no hay nada de envidia en ellos.

Más bien, odio.

Odio.      Odio.

        Odio.

Y mucha tristeza.

Siembras la tristeza a tu paso.

Eres el Caballero de la Triste Figura,
La Dama de la Podredumbre.

Elige y cambia.

Ahora cambia. Elige ser un santo. El típico joven que se desgañita en las manifestaciones. Comprometido con el partido y con todos. Ahora elige. Elige como pasan los años. Secretario general y después, Presidente. ¿Por qué no? Quién te preste el dinero te dará las órdenes, no lo olvides. Gobernarás para ellos. No para el resto. Enciérrate en tu mundo. De coches oficiales, recepciones oficiales y mansiones. Beneficios, beneficios y beneficios. En B, en C y en D. Favores para los amigos. ¿Y el pueblo? ¿Y los suicidios por hambre?

Elige.

Elige tu vida. Elige tus balas cuando la conciencia comience a dar vueltas.

Elige tu vida...

...Y aprieta el gatillo.

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