Algún día se invertirá la magia
Y ya no serán los adultos,
Si no los niños,
Los que gobiernen este mundo.
Nosotros,
Estaremos demasiado ocupados
En querer ser
Lo que nunca pudimos.
Y nos encerrarán en su mundo al revés.
Nos llamarán de todo:
Inocentes,
Visionarios,
Locos.
Y comenzarán las normas:
Come sin tener hambre,
Bebe sin tener sed,
Duerme cuando yo lo diga.
Y vendrán los castigos.
Entonces, libraremos una última batalla,
Apocalíptica,
Por nuestros deseos.
Y muchos caeremos en ella
Transformados
En los niños conformistas que mandan.
Y pediremos lo que nos vendan,
En vez de imaginarlo,
A padres, derrotados ,
Que no quieren escapar
De sus confortables vidas.
De sus sanatorios de plasma.
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